viernes, 22 de agosto de 2008

Maestros...


La actitud creativa termina con los lamentos y las excusas. Es calidad de percepción, acción inteligente que nos permite superar los conflictos con la riqueza de alternativas que nos ofrece cada situación.

La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es respuesta hábil, no impotencia explicada o reclamo por lo que nos falta.

Hace años, un supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrida observó algo que le llamó pode-rosamente la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.

Decidió presentarse:- "Permiso, soy el supervisor de turno... ¿algún problema?"

- "Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..." El supervisor, que era un docente de alma, vió un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

- "¿Qué es esto?"

- "Un corcho señor"... gritaron los alumnos sorprendidos.

- "Bien, ¿De dónde sale el corcho?"

- "De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque, de un árbol .... "de la madera...", respondían animosos los niños

.- "¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.

- "Sillas...", "una mesa...", "un barco..."- "Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?" Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.

La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:- "Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias".

Pasó el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

- "Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?"

- "Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho ¿Dónde lo dejó?"


Enrique Mariscal
"Cuentos para regalar a personas inteligentes"

jueves, 21 de agosto de 2008

Casi 10.000 tapitas...



Se acuerdan de las tapitas para el Garrahan...


Ya tenemos casi 10.000 y empecé en la otra escuela en la que trabajo...


Y para eso tenemos a Tapita, nuestra rana, que nos ayuda a juntar las tapitas plásticas que necesita la Fundación para ayudar a los chicos... Los del jardín chochos alimentando a Tapita...



Para más información entrá a...
http://www.vaporlospibes.com.ar/plastico.htm


Convivencia...


Sufra menos, sea eficiente....
Si abrió, cierre.
Si encendió, apague.
Si conectó, desconecte.
Si desordenó, ordene.
Si ensució, limpie.
Si rompió, repare.
Si no sabe reparar,busque quien lo haga.
Si no sabe que decir, cállese.
Si debe usar algo que no le pertenece, pida permiso.
Si le prestaron, devuelva.
Si no sabe como funciona, no lo toque.
Si es gratis, no lo desperdicie.
Si no es asunto suyo, no se entrometa.
Si no sabe hacerlo mejor, no critique.
Si no puede ayudar, no moleste.
Si prometió, cumpla.Si ofendió, discúlpese.
Si no sabe, no opine.Si opinó, hágase cargo.
Si algo le sirve, trátelo con cariño.
Si no puede hacer lo que quiere, trate de querer lo que hace.
Andrés Farenga

miércoles, 20 de agosto de 2008

Hay que llegar a la cima...


Hay que llegar a la cima,
arribar a la luz,
darle un sentido a cada paso,
glorificar la sencillez de cada cosa,
anunciar cada día con un himno.
Hay que subir dejando atrás
el horror y los fracasos
arrastrarse y horadar la piel para ascender
y cuando por fin
lleguemos a la cumbre
entonces, darnos vuelta
y estirar las manos hacia abajo
para ayudar
a los que quedaron rezagados...




Hamlet Lima Quintana

domingo, 17 de agosto de 2008

Hoy es un día violeta...


Hoy es un día violeta, es decir que amenaza con lluvia. De veredas repletas de gente que apenas se mira. Así son los días violetas. A mi me pasa que quiero escribir un cuento y la lapicera se me corre de las manos. Qué tengo ganas de tomar leche con galletitas y seguro que si voy a la mesa me encuentro con un tazón de té. Y que no me enojo porque los violetas no son días de enojarse.
Podría ser azul, como cuando el cielo es un espejo y las caras de las personas parecen flores que se abren contra el viento. O rojo, cuando todo parece estar a punto de suceder; una risa a punto de estallar, dos manos a punto de estrecharse, un avión a punto de levantar vuelo. Pero no, ni rojo ni azul. El día de hoy es violeta y así son los días violetas.
Por mucho que uno quisiera no podría volverse amarillo. Un día amarillo claro. De esos en que los ojos se quedan atrapados en el vidrio de una ventana y los recuerdos son de atrás para adelante y de adelante para atrás. Como si se abriera un álbum de fotografías y las caras risueñas de los amigos vivieran de nuevo momentos que ya pasaron.
Esos días amarillos en los que uno está dentro de la casa porque llueve. Esos días amarillos que se confunden con los grises porque cuando llueve el cielo se pone gris, sin embargo los días grises son distintos. En ellos puede haber sol y los árboles estar más que florecidos. En los días grises es la mirada de uno la que tiene nubes y entonces por cualquier cosa se llora. O se hace puchero. O un nudo en la garganta simplemente porque sí. O porque uno quisiera que fuera un día azul y las nubes de la mirada lo nublan todo.
A mí me gustan los días verdes, como las copas de los árboles en primavera. Como enormes extensiones de campo vistas desde lo alto. Son días en los cuales los edificios parecen construidos de pasto y hasta los delantales blancos de la escuela parecen hojas moviéndose de aquí para allá. Unos se cuenta desde que amanece cuando un día es verde.
Hay días lisos, con pintitas y multicolores. Horas anaranjadas con horas fucsias que se mezclan y tardes blancas para enamorarse.
Así se desliza la vida. Desde la paleta de un pintor desconocido. El tiempo se derrama gota a gota del pincel.
Por eso hoy es un día violeta y tal vez mañana sea rojo o dorado o transparente. En uno de esos quizás nos encontremos...

Silvia Schujer

(Este cuento es un regalo que recibí en 1995 de Julieta Aldana Castagnola, una alumnita de séptimo)

viernes, 15 de agosto de 2008

Polinización cruzada...


En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
-"¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?", preguntó el reportero.
-Verá usted, señor -dijo el agricultor-, el viento lleva el polen del maíz maduro de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga".

jueves, 14 de agosto de 2008

Para la Fundación Garrahan...



En el cole estamos juntando tapitas para la Fundación Garrahan...
Y para eso tenemos a Tapita, nuestra rana, que nos ayuda a juntar las tapitas plásticas que necesita la Fundación para ayudar a los chicos...
Para más información entrá a...
"Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas,
en lugares pequeños, puede cambiar el mundo".
(Proverbio africano)







lunes, 11 de agosto de 2008

Recomendación...

Les recomiendo estos 3 libros maravillosos de Editorial Albatros.
"Seres Mitológicos Argentinos" De Leonardo Batic...

domingo, 10 de agosto de 2008

El mundo... Galeano...


Un hombre del pueblo Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso- reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano...

sábado, 9 de agosto de 2008

miércoles, 6 de agosto de 2008

Educar...

"Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca...
Hay que medir, pesar, equilibrar...
Pero para eso uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de poeta,
un poco de pirata
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
que ese barco -ese niño-
mientras uno trabaja
irá muy lejos por el agua...
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras y pensamientos
hacia puertos distantes,
hasta islas lejanas...
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada"

F. Gainza

martes, 5 de agosto de 2008

viernes, 1 de agosto de 2008

Exigencia y alas... Barylko


Cuando padres y maestros se encuentren, y deben hacerlo y bien a menudo, han de analizar conjuntamen­te las simples verdades de la vida que se ocultan.
Existe el dolor, no todo es diversión.
Existe el trabajo, no todo es relax.
Existen exigencias y alas.
La exigencia es el sector de transmisión de la cultu­ra, para que el niño, para que el joven estén pertrecha­dos de saber, ideas, creencias, y de sus diferencias.
Las alas son para que sobre la plataforma anterior, puedan emprender el vuelo de su propia vocación y ser.
El error eje de la educación llamada moderna fue cre­er que las alas crecen por sí mismas y que se puede volar sin punto de apoyo alguno. Es a través de la renuncia de los placeres momentá­neos, de la demora del «yo pienso», del aplazamiento del «a mí me parece», de la dilación del «estoy en de­sacuerdo», y por la vía del cumplimiento de los valo­res superiores, válidos para todos nosotros, podrá ca­da uno crecer mejor en lo individual y en el despliegue de sus vocaciones más profundas.
En fin, para ser uno mismo, no hay mejor camino que el de los valores de nosotros mismos.
Eso nos ayudará a vivir.
Eso nos ayudará a convivir.
Equilibremos ahora la balanza.
Exigencia. Trabajo. Esfuerzo. Saber. Saber pensar. Tiempo.
Alas sí, pero sobre una base de cultura y aprendizaje previos.
Hay que emitir mensajes claros.
No es menester endulzar la realidad.
Habrá menos resentimiento, porque no habrá enga­ño; y hasta existirá la probabilidad de la disminución de la violencia.
Ésa, es la verdad del crecimiento humano.
Jaime Barylko

Cuando la marmota ríe...


Hay que tomarse un tiempo para ver. Necesitamos una pausa para reaccionar, para comprender, una distancia para "darnos cuenta". A veces estos lapsos suelen ser muy prolongados, otras no tanto; dependen las respuestas, de la disponibilidad interna para lo nuevo, de la capacidad de asombro y de la libertad mental que tenga el observador. En cierta ocasión los animales se pusieron de acuerdo en que no debían traicionar a la alegría. Sólo permitirían vivir a las especies alegres; los ejemplares tristes tenían que desaparecer, morir aplastados por la pesadumbre. Para ello todas las especies debían someterse a un examen terminante: hacer reír a la marmota. El recurso adoptado era utilizar un chiste o historia divertida. Si conseguían que la marmota riese, era evidente que el relator disponía de una alegría contagiosa y, por lo tanto, tenía derecho a vivir, sencillamente, por su euforia y bonhomía. El primer turno le correspondió a la tortuga que se esmeró para que la marmota apreciase una anécdota festiva. La evaluadora no se rió; ninguna gracias le proporcionó el lento y longevo quelonio y por consiguiente su mutismo expresivo sentenció la muerte inexorable. Luego, le tocó en suerte a la liebre, quien contó lo suyo con entusiasmo y confianza: la marmota no rió. Y la simpática corredora sufrió la indiferencia fatal. Luego el pavo, más tarde el oso, después el gallo, la cebra. Todos fracasaron... De pronto se presentó la lechuza. Con voz firme y en frases cortas, narró una desopilante historia de enredos... Todos miraron ansiosos a la marmota que comenzó a reir y reir cada vez en forma más estruendosa, incontenible. El león, admirado preguntó: -¿Te gustó el cuento de la lechuza? -No, ¡qué bueno el de la tortuga! Cuando la marmota ríe, hay que remontarse a las causas primeras, remotas, porque tarda en festejar.Algunos lectores a quienes quiero mucho me escriben celebrando algunos de mis cuentos del libro anterior... Por suerte no estoy sometido a ningún juicio fatal... Salvando la distancia, peor le fue a Galileo, a Giordano Bruno y al médico Miguel Servet, quien fue el primero en decir que la sangre corría por el sistema circulatorio y describir la función que tiene la respiración en la transformación de la corriente venosa en arterial: y fue quemado en la hoguera. Sus cuentos no gustaron nada...

Enrique Mariscal "Cuentos para regalar a personas originales"

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Besos
Lau